lunes, 13 de diciembre de 2010

Nadie dijo que sería fácil.

A veces las cosas no se dan como uno espera... Ahí es cuando ocurre, agachas la cabeza y te rindes como cobarde, pensando ingenuamente que por fin, luego de tanta introspección y planes en tu mente, la solución parece ser esta: Huir, aunque sabes por dentro, engañándote a ti mismo que es una salida inútil.

De lo que no te das cuenta después, es en lo mucho que te cuestionas el que hubiese pasado si hubieras luchado realmente por lo que más querías y a pesar de que no sabes si estarías mejor o peor que ahora, la incertidumbre llega como un huésped y se apodera de ti, invitándote al viaje sobre el nuevo camino, nuevo destino.

Lo raro es que las veces que te arriesgas, a momentos, las ganas de regresar el tiempo te invaden, ignorando totalmente tu presente y viviendo de recuerdos, como muerto en vida.

Pienso que no hay conclusión, nunca se sabe lo que puede pasar, solo tomar decisiones y no mirar hacia atrás. Muchas veces uno escoge mal pensando en el bienestar del resto (como si lo supieras), pero el futuro incierto nos traiciona siempre, y al final uno no puede predecir nada. Por lo que todo lo que premeditaste y que, luego te sirvió para actuar acorde a lo que se supone "podía ocurrir", no sirvió de nada.

Finalmente tu decisión es la que hace el futuro, tu mismo presente.

No hay comentarios: