
Mientras camino, veo al mundo pasar una y otra vez.
Intento dejarme llevar por el aterciopelado viento, cierro los ojos y me concentro. Pero un sonido extraño capta mi atención, el sonido de la libertad.
De esa libertad tan buscada, que pocas personas pueden llegar a encontrar. La libertad son momentos tan escasos pero tan ansiados por miles de millones de personas.
De repente desperté de mi sueño “despierta!” - me dije..."basta de soñar", aunque quería seguir. Camine y camine, hasta que quise volver a experimentar esa extraña pero muy agradable sensación de suavidad, comodidad, de trance, de estar en otro cuerpo con otra mente.
En ese momento pensé en volar por los aires e imaginarme un mundo lleno de sueños y de libertad. Volví a despertar y di un paso al vacío.
Me hundí.
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