martes, 21 de octubre de 2008

Alas contra el viento.


A veces siento como si pudiera volar. Como si estuviera destinada a algo más grande que andar junto al resto en el suelo.

Subo a la azotea, lentamente pongo un pie y me dejo llevar. Siento como el viento enfurecido roza mi cara. Sutilmente comienzo a perder el equilibrio y me repongo, mis alas me salvan, no se ven; pero están ahí. Lo sé. Pasan apenas unos segundos y el viento me traiciona, me agacho asustada y bajo.

Respiro hondo, pero mis alas ya no están. Pero hoy lo corroboro. Sé que mi lugar no es con el resto en el suelo. Cierro los ojos, noto el viento sobre mis alas. Ahí están.

Doy un paso hacia el vacío. Como mínimo seré valiente. O ilusa.

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